Jeddah es la segunda ciudad de Arabia Saudí y el principal centro económico del país, así como su ciudad más internacional, donde se juega la super copa de España y un GP de Formula 1, entre otros eventos.
El centro histórico, Al Balad, está en estado semi ruinoso, es patrimonio mundial y está siendo restaurado masivamente. Es muy interesante por su notable arquitectura y por la vitalidad de sus calles y mercados, al atardecer.
Jeddah tiene gran importancia histórica por su proximidad a la Meca y por haber sido durante siglos el principal puerto de acceso a la ciudad sagrada.
Hoy lo sigue siendo pues tiene el principal aeropuerto del país, al que llegan a diario miles de peregrinos. El fervor religioso es palpable y las llamadas a la oración resuenan en toda la ciudad. En los parques, calles y plazas hay alfombras preparadas para realizar las oraciones diarias. Y hay muchas mezquitas.
La fuerza de la tradición salta a la vista en la vestimenta, compuesta básicamente de largas túnicas blancas para los hombres y largas túnicas negras para las mujeres. No hay más colores.
La ciudad moderna es muy extensa y está en pleno crecimiento. Es más bien fea, con un urbanismo anodino, diseñado para ir a todas partes en coche, a través de las amplias autopistas que surcan la urbe.
Apenas hay aceras para caminar y tampoco apetece mucho, por el calor. El transporte público no está ni se le espera y sólo es posible moverse en taxi o en uber.
Los grandes centros comerciales, debidamente refrigerados, son los espacios sociales por excelencia, donde se puede comprar, comer o ir al cine. Ir de copas no.
En la larga cornisa marítima de Jeddah hay algunos rascacielos, un circuito de formula 1 y muchas obras, así como un par de elegantes mezquitas asomadas al mar. Enfrente está Sudán.
Al norte del aeropuerto se está construyendo la Jeddah Tower, primer edificio del planeta que superará el kilómetro de altura.
Bab Makkah es la puerta de la antigua muralla que muestra el camino hacia la Meca...
