London Calling




LONDRES y el paso del tiempo...


Estos isleños son tipos raros, con una cierta tendencia a llevarle la contraria al prójimo....conducen por la izquierda, desayunan huevos con bacon, no saben lo que es el sistema métrico decimal y hasta tienen su propia "inglesia".






Casi 5.000 años nos contemplan desde los grandes monolitos de Stonehenge, construidos 600 años antes que las Pirámides de Egipto. El gran monumento solar del sur de Inglaterra tiene características aún hoy sorprendentes. 



Las enormes piedras fueron transportadas nada más que desde 250 km. de distancia. Y cuidadosamente dispuestas en forma de observatorio solar. Aquellos primitivos hooligans realmente hacían las cosas a conciencia.





Pero el tiempo pasa, y ya hace sólo unos 1.000 años que estos laboriosos isleños se dedicaron a construir gigantescas catedrales góticas, como la catedral de Salisbury, una bonita ciudad medieval cercana a Stonehenge...

















El Támesis atraviesa Londres como una espina dorsal, y en sus orillas se asoman muchos de los monumentos emblemáticos de la ciudad, como el parlamento, la abadía de Westminster, la Torre de Londres, la Tate Gallery o la Catedral de San Pablo. Y el puente, claro...





















Durante el siglo XIX, gracias a su dominio de los mares, Londres se convirtió literalmente en la capital del mundo, ya parcialmente globalizado, y sus calles se pueblan de imponentes edificios victorianos, inspirados en los más diversos estilos de la antigüedad.


















El imperio británico, el mayor jamás establecido en el planeta, iba desde Australia hasta la India, pasando por media Africa y llegando incluso hasta Gibraltar... Habitantes de todos esos territorios pueblan hoy sin complejos la gran metrópolis, probablemente la más cosmopolita del mundo.




Los mercados callejeros de Notting Hill y Candem Town son una buena muestra del caleidoscopio, con su colorida mezcla de razas y tribus urbanas a cual más peculiar.















Un escrupuloso respeto por las formas tradicionales convive con un alto nivel de modernidad y tolerancia hacia lo diferente...











Y como resultado de todo esto, Londres se reinventa cada día con un dinamismo increible y orgullosa de su gran variedad de culturas y actitudes, o al menos así era hasta el Brexit...






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