OLINDA
Olinda es una de las ciudades históricas más importantes de Brasil, con una potente actividad cultural y uno de los carnavales más animados del país.
La ciudad está muy cerca de Recife y de hecho ya forma parte de la zona metropolitana, cuyos rascacielos forman un acusado contraste con las casas coloniales.
Olinda tiene un casco histórico compacto y multitud de iglesias barrocas, en un estado de conservación más bien deficiente.
La ciudad tiene una vitalidad sorprendente y un ambiente amable y alternativo.
El frevo es la música dominante en Pernambuco y su ritmo frenético y festivo resuena por todos los rincones de la región, seguido a corta distancia por el forró.
A ritmo de frevo bailan los muñecos gigantes y las multitudes que animan el carnaval de Olinda.
Aunque no hace falta ni que sea carnaval porque los olindenses se pasan el año ensayando y casi todos los fines de semana hay eventos festivos, con bloques recorriendo las calles o conciertos en las peñas locales.
Fuera de temporada, estos enormes muñecos, que a menudo representan a conocidos personajes, se pueden ver en el museo correspondiente.
El centro de Recife, capital del Estado de Pernambuco, se encuentra a pocos kilómetros de Olinda y está situado en una isla, unida a tierra firme por varios puentes. Hacia el sur de la ciudad se extiende la larga playa de Boa Viagem, repleta de bares y restaurantes.
JOAO PESSOA, capital de la Paraiba, marca el punto más oriental del continente americano. JP es una ciudad moderna y agradable con un largo paseo marítimo y excelentes playas urbanas.
Pipa se ha convertido en el principal centro turístico de la región, conservando al mismo tiempo un cierto aire alternativo e informal.

Al sur del pueblo están la playa del amor, con sugestivas formaciones rocosas, y el Chapadao, una meseta con llamativos acantilados rojizos.
Hacia el norte están las playas de los golfinhos y del madeiro, donde hay un atractivo santuario ecológico.
El pueblecito pesquero de Tibau do sul, situado unos km. al norte de Pipa, tiene una bonita laguna y excelentes playas.
NATAL es el país de las dunas. Estas enormes masas arenosas ocupan todo el litoral potiguar y la misma ciudad está construida en parte sobre ellas.
La catedral de Natal es un sorprendente edificio vanguardista, con un sugestivo espacio interior.
Al sur de la ciudad se extiende un impresionante paisaje arenoso, entre playas y acantilados, que recuerda en ocasiones a un paisaje desértico.

