Tailandia norte

 



CHIANG MAI

El norte de Tailandia es una zona montañosa y exuberante, de gran belleza natural,  repleto de fauna salvaje.  En sus animadas ciudades abundan los templos y en los valles hay muchas aldeas de diferentes grupos étnicos...

Chiang Mai es la capital del norte y el centro adecuado para conocer esta fascinante región. La segunda ciudad de Tailandia es un auténtico museo de arquitectura budista, con muchos templos de todas las épocas y estilos...






















Más al norte, muy cerca de la frontera birmana, está Mae Hong Son, una bucólica ciudad de montaña situada alrededor de un pequeño lago.

  En esta región hay muchas aldeas tribales, con una gran diversidad de culturas, y abundan también los monasterios budistas dedicados a la meditación y a la vida contemplativa...




























El nordeste de Tailandia es la zona menos visitada del país, lejos de las avalanchas turísticas de Bangkok o las playas del sur. La ciudad de Nongkhai es el punto más adecuado para situarse en la región. Esta simpática ciudad fronteriza se encuentra a orillas del rio Mekong, que hace de frontera. La otra orilla es Laos.







En NongKhai, el parque de Sala Kaeo Kou reúne una increible colección de enormes estatuas budistas, construidas por los seguidores del monje Luang Phu Boonlua, fallecido en 1996. 

El lugar, con bellos jardines y lagos, tiene un aire irreal, a medio camino entre un parque de atracciones y un templo budista.


































Al Sur de Nongkhai está Phu Phra bat, un parque histórico y natural habitado desde la prehistoria, situado en una meseta rocosa y árida, con extrañas formaciones geológicas. 



En Phu Phra Bat hay monumentos de periodos muy distintos, desde pinturas prehistóricas hasta pequeños templos de los eremitas budistas que durante siglos habitaron estas peculiares rocas. 
























Hacia el Este, en una tierra árida y poco poblada se alza el hermoso monte rojizo de Wat Phu tok, de paredes verticales, donde hay un gran monasterio budista. 








Pequeños templos, esculturas y altares se suceden a lo largo del camino de subida al monte, un insólito recorrido ideado para la meditación de los monjes, que van ascendiendo hacia la cumbre a través de pasarelas vertiginosas colgadas de las rojas paredes. 












De nuevo, en Wat phu tok la fuerza de la naturaleza y la tradición budista se funden en un entorno de gran belleza y energía.















Vistas de página en total