Nápoles o el caos





Nápoles, laberinto de paradojas y contradicciones, encierra misterios en cada esquina y hay que estar siempre atento para descubrir las sorpresas que nos depara, así como para evitar ser atropellado por alguna motocicleta alérgica a cualquier norma de circulación.





La ciudad está enclavada entre dos zonas volcánicas fuertemente activas, los campos flegreos y la zona del Vesubio, ambas densamente pobladas y con increibles vestigios de la antiguedad clásica...  





Se trata de una conjunción de historia y vulcanología absolutamente irrepetible, que imprime un carácter ciertamente volcánico a la fogosa actividad napolitana...


La capital del sur rivaliza en tamaño con Roma o Milán, pero las sobrepasa en vitalidad y simpatía. Un formidable patrimonio artístico es testimonio de su apasionante historia, aunque esté rodeado de baches, montones de basura y obras nunca concluidas. 




Tan impresionante como la riqueza de los edificios es su nivel de conservación, impensable en cualquier otra ciudad europea. Pero esto es Nápoles, donde el caos es el principio dominante, y además funciona...









El sistema de transporte público napolitano es un fiel reflejo del espíritu de la ciudad. Siete líneas de metro y cuatro funiculares, gestionados por diferentes compañías, cubren el área metropolitana, con criterios totalmente dispares de mantenimiento, eficacia y puntualidad...










CASTILLOS

En pleno centro urbano hay tres grandes castillos, cada uno de ellos merecedor de considerarse una de las fortalezas más inexpugnables jamás construidas.


El Castillo del huevo, enclavado en un peñón volcánico, se alza sobre la bahía confundiendo los peñascos y las paredes del castillo. 

El estratégico peñón estuvo fortificado desde la antigüedad, y debe su nombre a la leyenda de que en sus cimientos se colocó un huevo, que, a modo de ancestral sismógrafo, garantiza la supervivencia de la ciudad mientras se conserve entero.



El castillo "Novo", que data del siglo XIII, se alza en la zona del puerto y es una formidable construcción de enorme tamaño y sorprendente armonía. Sus gigantescos torreones negros contrastan vivamente con su hermosa entrada de piedra blanca, ricamente tallada.






El castillo de San Telmo, en lo alto de la colina del Vomero, es un gran monumento rocoso en forma de estrella, impresionante por su tamaño, que posee el honor de tener las mejores vistas de la ciudad y de la bahía. 









Al lado de San Telmo, la cartuja de San Martino es un magnífico monasterio convertido en museo nacional por su rico patrimonio artístico.





El corazón monárquico de Nápoles se sitúa a orillas de la bahía, en torno al Teatro San Carlos, el Palacio Real y la Galería Umberto I. 

Estos espléndidos edificios son especialmente queridos por los napolitanos y traen la nostalgia del esplendor de tiempos pasados, cuando Nápoles era una de las principales cortes europeas.

 








Iglesias, palacios, conventos, museos y restos romanos se suceden por las estrechas calles de piedra negra del casco histórico de Nápoles, que tiene un tamaño considerable. 






Una nutrida población universitaria imprime alegría a esta apasionante y degradada zona de la ciudad, cuyo estado de conservación nos recuerda a menudo al de una ciudad del tercer mundo...







El Museo arqueológico de Nápoles es realmente inigualable. Los mosaicos traídos desde Pompeya y Herculano son un testimonio único de la época romana, junto con una gran colección de esculturas, donde destaca el  conjunto del Toro Farnesio...





El conflictivo barrio de la Sanita es un reducto aparte dentro del casco histórico, con sus magníficos edificios en un estado más degradado aún, si cabe.  

En la Sanita abundan los espacios subterráneos, como las catacumbas de San Genaro, o el cementerio de le Fontanelle, con relatos y leyendas mágicas de todo tipo...




 






El 19 de setiembre se celebra la fiesta de San Gennaro, el amado patrón y protector de los napolitanos, sacrificado a los leones en el anfiteatro de Pozzuoli.  

Según la tradición, la sangre del santo se guarda en un recipiente custodiado en la catedral y anualmente se produce el milagro de su licuación, anunciada en solemne ceremonia por el Arzobispo. 

El evento es anunciado con júbilo por toda la ciudad, pues la licuación protege a Nápoles de catástrofes durante todo el año. La última vez que no se licuó ocurrió la erupción del Vesubio, en 1.944, en plena invasión de Italia por los aliados.




Y procesiones no faltan, en fechas varias...





En pleno centro histórico también se encuentra el museo de Arte Contemporáneo (MADRE), con una colección interesante, en fuerte contraste con las antiguas callejuelas del barrio...





 
Hacia el norte, los barrios de Chiaia, Mergellina y Possilipo nos muestran la ciudad que mira al mar. 



Las fabulosas vistas de la bahía y un trazado urbano atrevido y colorista, bañado por la luz mediterránea, contribuyen a dar un toque optimista a esta hermosa parte de Nápoles.







Por supuesto no faltan los edificios construidos en lugares imposibles, a veces con un cierto aire surrealista...











Desde el parque Virgiliano, en el norte de la ciudad, hay una hermosa vista de la isla/volcán de Nísida, con Prócida e Ischia al fondo.



CASERTA 

La Reggia de Caserta, auténtico Versalles napolitano, simboliza el máximo explendor de la corona en el S.XVIII, cuando la corte napolitana competía con la de París en ser la más sofisticada de Europa...







La villa de Caserta vieja, encaramada en una colina, tiene un sorprendente conjunto medieval, con una magnífica iglesia. Es una excursión dominical muy apreciada por los napolitanos. 







 CAPUA es otra ciudad napolitana llena de historia. Era una importante y próspera villa romana situada en la Via Appia, entre Nápoles y Roma, con abundante presencia de la nobleza romana y de las tropas imperiales.  

En su anfiteatro tuvo lugar la legendaria rebelión de Espartaco y sus gladiadores, muy documentada en las películas.   También cuenta con los restos de un  templo mitraista, y con hermosas iglesias renacentistas...





Los bottari son una tradición napolitana de grupos de percusión a base de toneles y guadañas, que tiene gran popularidad en la región de Caserta...







En BENEVENTO se encuentra el magnífico arco de Trajano,  cuyos relieves figuran entre las obras escultóricas más destacadas del arte romano... 





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