VANCOUVER ISLAND
La isla de Vancouver es un vasto territorio de 500 km. de longitud, separada del continente por varios estrechos y canales, donde pululan orcas y ballenas. Enfrente, en tierra continental, se sitúa la ciudad del mismo nombre.
La isla es una especie de California canadiense, con un ambiente relajado y una naturaleza exuberante.
La ciudad de Victoria, situada en el extremo sur de la isla, es la capital del territorio. Enfrente se vislumbran las cumbres del Monte Olimpus, ya en USA.
Victoria tiene unos 100.000 habitantes y es una ciudad muy agradable, con numerosos parques, edificios históricos y un ajetreado puerto. La cultura indígena está presente, en los variados totems que adornan la ciudad.
En el puerto hay un insólito aeropuerto de hidroaviones, que vuelan a Vancouver City y a otros destinos de la isla.
Unos curiosos taxis acuáticos transportan a los viajeros a distintos puntos de la bahía, como el Fisherman Wharf, un pequeño barrio de casas flotantes.
El vetusto edificio del parlamento domina el centro urbano, donde hay también una variedad de edificios del S. XIX y un simpático barrio de Chinatown.
La vida cultural es intensa; en una misma semana de junio pudimos coincidir con un festival de reggae en el puerto y un festival de Jazz en uno de los parques de la ciudad.
Está todo muy bien organizado, aunque hay reglas peculiares. Donde se puede beber cerveza está prohibido fumar, pero en el recinto para fumadores se puede comprar cannabis legalmente, aunque está prohibido entrar con la cerveza.
El ciclismo es muy popular aquí. Desde el mismo centro salen varios itinerarios para bicicleta que recorren las playas y colinas del sur de la isla.
Desde Victoria iniciamos un viaje hacia los pueblos costeros de Tofino y Ucluelet. Este recorrido, de unos 300 km. en cada sentido, permite adentrarse en el interior de la isla y llegar hasta la costa pacífica, atravesando bosques, montañas y lagos...
En la villa de Chemainus hay una bonita colección de murales relativos a la historia de la isla, junto con edificios de época.
El magnífico bosque de Cathedral Grove, a orillas del lago Cameron, es una densa floresta donde crecen los impresionantes abetos Douglas-Fir, que llegan a medir 70 metros de altura y pueden vivir hasta 800 años.
Port Alberni, en el centro de la isla, es un puerto marítimo situado en el extremo de un fiordo que se interna en tierra mas de 40 km., casi partiendo la isla por la mitad.
La ruta continúa por el montañoso centro de la isla, un territorio virgen y casi deshabitado. Va bordeando los lagos Sproat y Kennedy, hasta llegar a la estrecha península de Tofino. En cualquier momento puede aparecer un oso.
Tofino es un destino legendario desde los años 60, por su combinación de mar y naturaleza, aunque con el tiempo se ha convertido en un lugar de alto nivel adquisitivo, como suele ocurrir en estos casos.
Ucluelet, en la otra punta de la península, es un lugar más asequible pero igualmente interesante, con oscuros acantilados y pequeñas islas repletas de vegetación.
Entre ambas localidades se encuentra el Parque Nacional del Pacific Rim, con sus tremendos bosques y sus playas vírgenes.
Los bosques están en un estado totalmente virgen y son prácticamente impenetrables, excepto por los senderos habilitados. Los troncos caídos durante siglos se amontonan unos sobre otros y sobre ellos va creciendo la nueva vegetación. La sensación es de parque jurásico...