Nepal es un destino muy agradecido, que rara vez decepciona. Es un país frenético, impregnado de espiritualidad y dinamismo, donde el caos más absoluto se complementa a la perfección con la paz celestial de los monasterios y las cumbres nevadas...
Pero el siglo XXI está siendo complicado en Nepal. En 2001 la familia real en pleno fue asesinada en su palacio, excepto uno de sus miembros que casualmente estaba ausente y fue proclamado rey. Pero le duró poco el cargo.
La guerra civil devastó el país en los años siguientes, hasta que en 2008 se proclamó la república, llegándose a un acuerdo de paz. Para colmo en 2015 un fuerte terremoto afectó al valle de Kathmandu, con miles de víctimas y una enorme destrucción.
Como consecuencia de estos desastres, Nepal ha quedado muy tocado económicamente. Las caóticas obras en la principal carretera del país son una muestra de este retraso. Actualmente se tarda unas 10 horas en recorrer los 200 km. que separan Kathmandu de Pokhara...
KATHMANDU
El valle de Kathmandu es una planicie circular situada a 1300 metros de altura, donde se concentran más de 5 millones de habitantes. Aquí reside la vida cultural, económica y política de Nepal, así como gran parte de su historia.
Las 3 ciudades históricas, Kathmandu, Patan y Bhaktapur, forman una densa zona metropolitana que ocupa la práctica totalidad del valle.
KATHMANDU es la capital del país y centro neurálgico de todo lo que se mueve. Pero moverse por su caótico centro puede ser una labor lenta y cansina.
A cada momento hay que estar evitando motos y coches que logran circular por las estrechas callejuelas atiborradas de gente y de cables. Las aceras no existen.
El meollo urbano se encuentra entre el barrio turístico de Thamel y Durbar Square. Entre ambas zonas hay varias plazas y templos que son auténticos oasis en el marasmo urbano...
La magnífica plaza de Durbar Square es el corazón histórico de la ciudad. Está rodeada de templos y palacios construidos en la típica arquitectura Newar, con pagodas al estilo chino y una intrincada decoración en madera.
El hinduismo es la religión dominante en Nepal, aunque también hay una fuerte presencia del budismo tibetano. Los templos de Durbar son en su mayoría hinduistas.
También están aquí el antiguo palacio real y la residencia de la Kumari, la niña-diosa que sigue siendo objeto de veneración en el país.
La vida nocturna es tempranera y se concentra en Thamel, con una gran oferta de actuaciones en directo, tanto folklóricas como de rock.
El monkey Temple, situado en una colina cercana, es el principal complejo budista de la ciudad. La gran estupa central se alza sobre la colina y a su alrededor hay varios templos y monasterios budistas. Es un lugar muy popular entre los urbanitas, por sus grandes vistas y su entorno arbolado. Está todo lleno de monos.
La ciudad histórica de BHAKTAPUR fue en su día la primera capital de Nepal. Su patrimonio arquitectónico es magnífico y rivaliza sin complejos con el de Kathmandu, con un estilo similar. Pero el entorno urbano es más tranquilo, no hay tanto lío de tráfico.
Al igual que Bhaktapur, los templos de Patan se sitúan en un entorno más tranquilo que la capital, a pesar de que está prácticamente integrada en el área metropolitana.
La Durbar Square, plaza principal de la ciudad, impresiona por el detallismo de sus esculturas y edificios.