Osaka

 

OSAKA 

 


El contraste permanente entre tradiciones y modernidad es la característica central de la vida y la cultura japonesas.  

En este escenario, Osaka encarna la modernidad mas desaforada y carente de complejos, cayendo a menudo en la exageración y en la estética más kitsch imaginable...





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La ultramoderna Osaka es un gigantesco escenario de ciencia ficción que nos transporta rápidamente a la idea de una ciudad de mediados del S. XXI. No por casualidad aquí se filmaron  secuencias de Blade Runner. 












Hay kilómetros de calles subterráneas, abarrotadas día y noche, donde se vende todo aquello que pueda ser comprado, siempre con luz brillante y similar temperatura, ya sea invierno o verano.
 








La noche es una formidable explosión de luz y color, al igual que en Tokyo. No se entiende absolutamente nada, pero los gigantescos cangrejos móviles, peces inflables y grandes platos de sushi plastificado permiten identificar con facilidad los restaurantes. Clubs y hoteles de prostitución alternan con sorprendente naturalidad con restaurantes y bares de copas. 




















Hasta las farolas parecen robots...



Los patchinkos, abundantes en todo el país, son una especie de casinos de máquinas para jugarse los ahorros en ruidosa soledad.


 Las máquinas de juego y un volumen musical altísimo parecen hipnotizar a los jugadores, apiñados en estrechos pasillos.









La cultura zen impregna buena parte de las tradiciones japonesas y su estética aparece por todas partes, desde los jardines hasta  las artes marciales, que son ampliamente practicadas.







Osaka también tiene su granito de arena histórico, como por ejemplo el magnífico castillo medieval situado en el centro de la ciudad...










donde, no obstante, pueden encontrarse más clones de Elvis que samurais...







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