OTOÑO EN SEUL
El otoño es una época amable en Seul. El tiempo es agradable y los jardines de los palacios reales adquieren su máximo esplendor, como si estuvieran diseñados para brillar con los colores otoñales.
1.
El palacio de Gyeongbokgung (los nombres son todos de este estilo) es el mayor de los recintos regios, con sus bosques, sus lagos y sus pabellones ricamente decorados.
A los coreanos encanta pasear por los jardines de palacio en hanbok, el atuendo tradicional, con el que además la entrada es gratuita y se evitan las colas...
2.
La plaza del City Hall señala el centro de la urbe y es una muestra de los contrastes locales. En un lado está el ultramoderno edificio del ayuntamiento y justo en frente está el palacio real de Deoksugung, con sus guardias ataviados y sus bucólicos jardines otoñales.
3.
Deambulando por el centro llegamos a Jogye sa, uno de los principales templos de Seul, con variadas ceremonias y mucha afluencia de público.
4.
Cheonggyiecheon (ojo al nombre) es un paseo fluvial de varios km. que atraviesa todo el centro de la city. Ideal para escapar del marasmo urbano.
5.
Por la noche, el mercado de Gwangjang se convierte en un enorme restaurante con cientos de puestos de comida. El ambiente es total.
Kimchi (repollo fermentado) es la palabra clave de la comida coreana y un almuerzo normal puede consistir en una sopa contundente de carne rodeada de variados platitos de "tapas" vegetales.
En cuanto a la sed, el makgeolli es un fermentado de arroz de baja graduación, que acompaña a la perfección los platos picantes. Para emociones más fuertes, el soju es un destilado de arroz similar al sake, que alcanza 15 o 16 grados.
6.
La modernidad vuelve a la carga en el centro cultural de Dongdaemun, un enorme edificio con aspecto de nave espacial, obra de Zaha Hadid. Incluye museo, auditorio y escenarios de inmersión 3d.
en sus rampas interiores el artista suizo Varini ha desplegado uno de sus ingeniosos montajes ópticos, que se integran a la perfección con las curvas del edificio...
7.
Hacia el oeste del centro, Hongdae es el barrio más animado de la ciudad. En su red road se suceden los músicos y los bailarines más inesperados. Todas las tardes aparecen por allí multitudes de jóvenes vestidos a la última, ávidos de consumir en cientos de tiendas, bares y restaurantes. Los fines de semana la noche es larga.
8.
Al sur de la urbe, Gnangnam es otro dinámico barrio con abundante vida cultural y nocturna, donde también se encuentra, en sano contraste, el venerable templo de Bongeunsa.
9.
Museos hay variados y para todos los gustos. El museo nacional de arte contemporáneo y el museo LEEU Samsung son los escenarios artísticos más actuales, ambos con muchas sorpresas.
MNAC
LEEU
10.
Por su parte, el museo nacional de Corea, ubicado en un imponente edificio, se ocupa del arte de tiempos pasados, con el habitual despliegue audiovisual.
En 1910 se produjo la invasión japonesa, que curante 35 años convirtió al país en una colonia, con un trato muy degradante hacia la población.
Los japoneses intentaron eliminar el idioma y esclavizaron a miles de hombres y mujeres para trabajos en las minas y para ejercer la prostitución. No es de extrañar que no haya mucha simpatía, a pesar de la confluencia actual de intereses.
Al acabar la guerra mundial, el país fue dividido en dos y comenzó la sangrienta guerra de Corea, el primer gran conflicto de la guerra fría, en el que los americanos salvaron al sur de una probable derrota...
La situación sigue teniendo un toque surrealista, con una zona desmilitarizada que se extiende a pocos kilómetros al norte de Seúl y con ambos ejércitos en alerta total, pues nunca han firmado un acuerdo de paz.
A partir de los años 60 se produjo una fuerte ascensión de Corea del Sur como potencia económica, con firmas de nivel mundial como Samsung, acompañada en los últimos años por una producción cultural igualmente potente.
La música K-pop arrasa en Asia y las producciones coreanas, como El juego del calamar, tienen repercusión mundial. Muchas de ellas cuentan a su manera la peculiar historia del país, en series como Mr. Sunshine o Crashlanding on you, o en películas muy buenas como Parásitos o Hierro 3.
El musical "Nanta" arrasa en Seul desde hace décadas. Es un espectáculo vibrante y divertido que lleva en cartel desde 1997, con funciones diarias. Un buen programa para tardes lluviosas.
Y a finales de noviembre la primera nevada de la temporada cayó con fuerza sobre los árboles otoñales, aportando un nuevo encanto al paisaje urbano...
Moverse por Corea es fácil. Los trenes de alta velocidad recorren el país en un par de horas y los autobuses son cómodos y puntuales. Los robots son muy amables y solucionan cualquier duda.
HAEINSA
El monasterio de Haeinsa es uno de los principales recintos budistas de Corea. Haeinsa tiene más de 800 años y es el lugar donde se conserva la Tripitaka Coreana, un conjunto de 81.000 planchas xilográficas de madera conteniendo las enseñanzas principales del budismo.
Esta magna obra, patrimonio mundial, está almacenada en unos edificios construidos al efecto en el S. XV, con condiciones de preservación, temperatura y humedad muy elaboradas, que han funcionado perfectamente hasta hoy.
Haeinsa se encuentra en el parque nacional de Gaya san, un grupo de bucólicas montañas de unos 1.400 mts. de altitud, cubiertas de frondosa vegetación. Ni que decir tiene que en otoño es espectacular.
La estancia de una o más noches en el monasterio es francamente recomendable y se puede gestionar a través de la página https://eng.templestay.com/
que informa sobre éste y otros monasterios que admiten estancias.
La ceremonia de los 4 instrumentos del Dharma es un momento mágico de la rutina monacal. Tambor, campana, pez y nube suenan sucesivamente para llamar a los seres vivos de la tierra, del mar y del aire.
